Kefir! Bebida Viva y Saludable

06.08.2013 02:11

Para obtener una bebida sana y eficaz para los propósitos que se persiguen, es necesario entender la necesidad de cultivar los gránulos adecuadamente, lo que no es difícil si se siguen los pasos de la receta y se tienen en cuenta las recomendaciones sobre el cultivo.
Utensilios
Recipiente de cristal suficientemente grande para albergar la cantidad de bebida que se quiere producir y los ingredientes precisos. Los de boca ancha con cierre hermético están bien si se quiere hacer con gas (los de junta de goma con apriete para embotar son ideales se haga con o sin presión) Es importante si la tapa es de metal que no deje residuos de óxido. Las tapas metálicas sin recubrimiento o dañadas no son apropiadas. Es preferible prescindir de la tapa y usar un paño sujeto con una goma o cordel o usar una tapa de cristal o de cerámica que se ajuste bien para que no entren insectos. Colador, preferentemente de plástico . Cuchara sopera, preferentemente no metálica; Madera, plástico blanco, cerámica. Jarra de vidrio, u otro recipiente no metálico o esmaltado donde filtrar el líquido. Botellas, con cierre hermético (Opcional si se quiere que aumente el gas. Guardar una vez colado al fresco máximo 3 días)
Es recomendable utilizar estos objetos exclusivamente para este cultivo y mantenerlos siempre bien limpios.

Ingredientes
Gránulos del cultivo de tíbicos, kéfir o kefir.
Para que sea más cómodo manejar los gránulos, podemos colocarlos en una gasa y hacer una bolsita, sujetándolo con un hilo, así no tendremos que colarlos y será más cómodo limpiarlos [a de ser holgada para el crecimiento del kéfir] Esto es especialmente indicado para cuando se hacen variantes con material suelto como hierbas, especias etc. (sería interesante lavar la gasa sobre todo la primera vez con algún detergente orgánico o sumergirla en el agua fermentada con evidente fermentación dentro de un tarro con tapa y dejarla unas horas para luego aclararla bien, vinagre puede utilizarse también)
Azúcar. Preferiblemente panela o algún azúcar libre de sulfítos.
Higos secos. (Aunque el higo es el mas indicado, también puede utilizarse un volumen parecido de otras frutas pasas, como; Albaricoques, dátiles, uvas y ciruelas. La fruta seca neutraliza el exceso de alcohol y aporta sus carbohidratos y la microbiota amiga, nativa en la cáscara.
Cítricos: limón, lima, mondarina, naranja u otro cítrico, partido y bien limpio.

Receta básica:
Por cada litro de agua:
3 cucharas de gránulos de tíbicos [unos 60 gramos]
3 cucharas de azúcar [unos 75 gramos] blanco, integral, panela, miel, melaza, fructosa. O una mezcla
1/2 limón, Lima, mandarina, naranja u otro cítrico.
1 higo seco.

Preparación
Ponemos todos los ingredientes en el recipiente, lo tapamos y lo removemos para que se mezcle bien el dulce. Al cabo de 24 horas se le pega otro meneo y si se hace a presión se puede aliviar un poco el gas abriendo el bote un momento para que entre aire y favorecer a la levadura aeróbica.
Se deja fermentar normalmente 48 horas. Tres días máximo.
24 horas para un efecto laxante. Tomándolo un rato antes de acostarse. Procurar aliviar antes la vejiga ya que el efecto diurético de esta bebida es considerable.
Si se hace tapado a presión no debería llenarse mas de tres cuartas partes para dejar espacio de compresión al gas carbónico.
Hora de filtrarlo: El tiempo de fermentación se estima en 48 a 72 h. con las cantidades relatadas anteriormente y a una temperatura ambiente entre 20 y 22ºC. A temperaturas ambientes superiores la fermentación será mas activa y el líquido podrá colarse antes.
Una vez transcurrido el tiempo de fermentación, se cuela el contenido en una jarra y se exprime el limón.

Se puede tomar inmediatamente o embotellar y meter en la nevera o al fresco 1 o 2 días, aunque el gas también aumentará, produciendo una bebida mas carbonatada. Lavamos bien los gránulos con un chorro de agua fría (sin cloro), lavamos bien el bote y los utensilios y podemos volver a empezar con el cultivo.

Normalmente el kéfir de agua tiene un crecimiento muy activo dependiendo del tipo de agua (le va bien agua con buen contenido en magnesio) y las condiciones del cultivo, como la temperatura y relación entre agua, azúcar y gránulos. Y la presión en el interior del recipiente. A más producción de dióxido de carbono y alcohol, disminuye el crecimiento del cultivo. Es apreciable mayor crecimiento cuando se usa azúcar de buena calidad como la panela.

La tasa de producción de alcohol variará dependiendo de la temperatura, la cantidad de granos de kéfir y azúcar y de las condiciones de reacción de la fermentación.
Si se aumenta el azúcar en la preparación, el grado de alcohol total también aumenta. Con más tiempo de fermentación también sube el alcohol hasta que no quede azúcar y después de 3 o 4 días comienza a avinagrarse.
Bajo condiciones anaerobias (en ausencia de aire) la levadura en el grano de kéfir produce más dióxido de carbono (gas carbónico) y alcohol que en condiciones aeróbicas (con aire) El porcentaje de alcohol puede oscilar entre (0,3 - 2,0 %) después de dos días de cultivo.
La graduación alcohólica puede aumentar después de filtrado si se embotella hermético y se guarda en lugar fresco, máximo 3 días. El gas carbónico también aumentará resultando una bebida mas achampañada (cuidado al abrir la botella o se derramará gran parte del líquido)
Si no hay algo de desarrollo de ácido carbónico (Burbujeo) Estando el recipiente tapado a presión, en 60 minutos después de prepararlo, el agua kefirada no se debería consumir. Esto sucederá cuando lo dejemos parado en agua sin cultivarlo y sobre todo si estuvo en la nevera. Así que habría que prepararlo al menos la primera vez con menos agua de la habitual.

Aplicaciones terapéuticas
Para los enfermos es recomendable no excederse con el gas “ácido carbónico” y tomarlo en el mismo día o si tiene mucha fuerza dejar escapar el gas escanciándolo en un vaso ancho y que repose un minuto antes de tomarlo.
Afecciones nerviosas.- 1 litro diario
Ulceras.- 1 litro diario (desaparecen después de 2 meses)
Catarro bronquial.- 1 litro diario
Asma.- 1 litro diario (durante más tiempo)
Leucemia, Anemia.- 1 litro diario. 2 litros diarios en casos graves. (Comprobar si después de 3 meses la sangre es normal)
Esclerosis.- 1 litro diario
Alergias, Dermatitis, Eczemas.- Medio litro diario + aplicación sobre la parte afectada dejándolo secar. Lavarse cara y manos (de 2 a 4 semanas desaparece la alergia más rebelde)
Cistitis.- 1 litro diario
Problemas renales.- 1 litro diario
Afecciones vesícula biliar.- 1 litro diario (después de 2 a 6 meses los problemas de la bilis desaparecen)
Regular presión arterial.- Medio litro diario


Kéfir
Gran aliado intestinal
El consumo regular de este cultivo fermentativo es uno de los grandes auxiliares de los intestinos y de la flora benéfica. La palabra kéfir significa “bendición” en turco. En el Cáucaso, donde el kéfir se ha consumido corrientemente durante miles de
años (lo utilizaban los antiguos sumerios), la gente vive más de cien años, y mantiene buena salud. De allí que se lo considere “elixir de salud y larga vida”, siendo su principal virtud la capacidad de regenerar y equilibrar el delicado ecosistema de nuestra flora intestinal.

El kéfir es una bebida fermentada carbonatada ácida, cuyo sabor se debe a la presencia del benéfico ácido láctico. El kéfir se define como un alimento probiótico, pues aporta microorganismos benéficos para la flora intestinal. El término probiótico (del griego “para la vida”) se aplica a aquellas sustancias que aportan microorganismos componentes de la flora intestinal y que estimulan el crecimiento y/o la actividad de bacterias de la flora simbiótica, generando un balance microbiológico óptimo en el intestino.

¿Qué es el kéfir?
El kéfir es una estructura polisacárida donde conviven en simbiosis diversos microorganismos y que adopta la forma de gránulos de masa gelatinosa, irregular, color blanca o ligeramente amarillenta, de consistencia elástica y aspecto similar a las flores de coliflor. Su tamaño varía entre pocos milímetros y algunos centímetros de diámetro.

En los granos ó nódulos de kéfir se encuentran en asociación simbiótica bacterias lácticas (lactobacilos), levaduras y bacterias acéticas. Dichos nódulos producen doble fermentación: ácido-láctica y alcohólica. Una fermentación la realizan las levaduras y otra las bacterias

Los nódulos de kéfir pueden cultivarse en distintos medios: leche de animales, agua, leche de semillas, infusiones de hierbas, jugo de uvas u otras frutas con alto contenido de azúcar.

Propiedades del kéfir
Podemos considerar al cultivo del kéfir como un gran auxilio para el organismo, por su efecto: desintoxicante, regenerador de la flora intestinal benéfica y estimulante de las defensas naturales. Sin embargo no conviene tomar al kéfir como si fuese una medicina mágica ni de efecto inmediato. Más allá de algunos testimonios de efectos espectaculares, sus beneficios aparecen por el consumo moderado y persistente.

La principal virtud del kéfir es restablecer la flora intestinal normal, tan importante para una buena digestión y asimilación de los nutrientes ingeridos. Para comprender este efecto, es bueno ampliar un poco más el tema. Cuando el niño nace, el intestino es estéril, pero pronto son introducidos microorganismos a través del alimento. En niños que son amamantados, hay gran número de lactobacilos, generándose así un pH inadecuado para la proliferación de los gérmenes de la putrefacción. En niños alimentados con biberón, se da una flora mixta, siendo menos prominentes los lactobacilos.

Cuando más tarde se desarrollan los hábitos alimentarios hacia el patrón adulto, la flora cambia, pues la dieta tiene una marcada influencia sobre la composición relativa de la flora intestinal y fecal. Una alimentación rica en proteína animal produce putrefacciones intestinales; se altera la flora bacteriana normal, apareciendo una cantidad excesiva de gérmenes de la putrefacción.

El kéfir transforma la flora intestinal putrefactiva, sustituyéndola por los bacilos lácticos de propiedades antisépticas.

Según investigaciones de la Universidad de La Plata, los microorganismos presentes en el kéfir se ensañan particularmente con la Escherichia coli, temible bacteria responsable de afecciones como el síndrome urémico hemolítico, que puede tener consecuencias letales en niños pequeños. Dado que la ingesta de kéfir aumenta la protección contra estas infecciones, se ha comenzado a introducirlo en la dieta de comedores infantiles.

El kéfir no solo dificulta la pululación de microbios patógenos en el intestino, sino que aporta abundante ácido láctico. Su acción se extiende hasta el estómago, al cual estimula. Sus efectos se derivan de la acción enzimática y antitóxica que presenta. El restablecimiento de la flora normal trae consigo una regulación de la función intestinal. En este aspecto es importante el tiempo de cultivo: el de menos de 24 horas es laxante (se debe tomar por la noche, durante algunas semanas), el de 72 horas es astringente y el intermedio (48 horas) resulta neutro. El kéfir también provoca una mayor generación intestinal de serotonina, neurotransmisor de efectos estimulantes.

El kéfir presenta propiedades antivirales, antifúngicas y antibióticas, estimulando el sistema inmunológico. También posee efectos aperitivos y afrodisíacos. Ha sido utilizado con éxito en enfermedades tales como cálculos renales, hipertrofia prostática, diabetes, artritismo reumático, infarto de miocardio, esclerosis múltiple, anemia, asma, bronquitis, etc. Está especialmente indicado en padecimientos del aparato digestivo, tales como úlceras, colitis ulcerosa, intolerancia gástrica, colon irritable, divertículos, etc.

El kéfir es muy útil en uso externo para patologías dérmicas (acné, eccemas, soriasis, alergias, etc.), dado que es un poderoso antiséptico que ayuda a curar heridas. Resulta muy efectivo en la prevención y curación de enfermedades producidas por el virus del herpes. Se sabe que el herpes tipo II participa en la génesis de distintas enfermedades, tales como cáncer, artritis reumática, patologías renales, trombo-embolias, alergias cutáneas y asmáticas, esquizofrenia, párkinson y diabetes. Además de estimular el sistema inmunológico, el kéfir estimula otras funciones orgánicas, mejorando el estado de piel y cabello.

Por lo expuesto, el kéfir es altamente recomendable en enfermedades de tipo nervioso, úlceras internas, catarros bronquiales, esclerosis, infarto cardíaco, problemas de vesícula, hígado y riñones, ictericia, enfermedades del estómago e intestinos, diarreas, divertículos, estreñimiento, inflamaciones, leucemia, anemia, depresión, dermatitis, soriasis, acné, eccemas…

Su uso continuado produce muy buenos efectos en convalecencia después de graves enfermedades, contribuye a la depuración del organismo, normaliza la presión arterial, estimula el buen ánimo y ayuda en la obesidad. También da buenos resultados en alergias de piel, embarazos y en las molestias femeninas del bajo vientre. Además de ser una bebida que calma la sed, el kéfir de agua es un excelente isotónico en condiciones extremas de calor y esfuerzo físico.

Los nódulos de kéfir pueden cultivarse caseramente en distintos medios y con similares efectos benéficos para el organismo: leche de semillas, agua, jugo de uva o de otras frutas con alto contenido de azúcar. Cuando se parte de leche, se obtiene una especie de yogurt líquido. Si se usa agua, se logra una bebida similar a una limonada gasificada (el popular kvas de los rusos). Al utilizar jugo de uvas, se obtiene una bebida muy similar al champagne